El hidrógeno aparece como un vector energético ante la necesidad de disponer de un almacenamiento energético y de nuevos portadores.
El hidrógeno se ha venido utilizando siempre de forma ligada al carbono (en forma de hidrocarburos), pero ha sido recientemente cuando ha surgido la necesidad de disponer de un sistema de almacenamiento de energía y de nuevos portadores. Aquí es donde aparece el hidrógeno como vector energético de manera que en un futuro pueda utilizarse de forma independiente.
La utilidad del hidrógeno como portador energético estriba en la aparición de las pilas de combustible como sistemas de transformación de la energía almacenada en el hidrógeno en electricidad y calor, y su uso en aplicaciones domésticas, estacionarias, portátiles o en automoción.